En 1991 la Organización Mundial de la Salud determinó que las amalgamas dentales son la principal fuente de exposición de mercurio para la población en general. Una amalgama dental suele contener entre 120 y 570 mg de este elemento. El mercurio se libera muy lentamente en la cavidad oral en forma de vapores de mercurio y de iones en la saliva.
Se ha calculado que en circunstancias normales una persona con amalgamas dentales se expone cada día a través de ellas a una dosis de entre 2.4 y 17 ug. Se han registrado casos en los que la dosis procedente de amalgamas sustancialmente mayores (correspondiente a 100 ug/día) y casos de personas sintomáticas que experimentan mejoría tras las extracciones de sus empastes de amalgama.
Literalmente, amalgama significa "mezcla con mercurio", en términos odontológicos esto es cierto porque la composición de las amalgamas utilizadas en empastes está formada por un 50% de mercurio (Hg) y otros metales como plata, cobre, zinc y estaño, que al mezclarlos se endurecen en pocos minutos.
Este material se usa desde hace más de 160 años por ser un material durable y económico, pero a lo largo de la historia la amalgama ha sido causa de provocar daños al organismo.
Hasta hace poco se pensaba que el mercurio no se desprendía una vez endurecida la amalgama, ahora sabemos que el mercurio se desprende de la amalgama a cada minuto del día. En promedio, una amalgama libera aproximadamente 34 microgramos de mercurio diariamente. El mercurio además de evaporarse a 20ºc , empieza a reaccionar químicamente con la saliva, alimentos ácidos y cítricos, con el flúor de la pasta dental, las comidas y bebidas calientes, el bruxismo, mascar chicle, tener además empastes de oro, ortodoncias o puentes de otros metales, el tabaco, el ph ácido de la boca, el electromagnetismo, etc.
Hemos de aclarar que las cantidades más importantes de vapor de mercurio se inhalan al colocar o retirar incorrectamente y sin protección las amalgamas. Por lo tanto, es posible que una persona que actualmente no tiene amalgamas porque se sometió a una sustitución por composite blanco, tenga síntomas relacionados con el micromercurialismo.
El mercurio se absorbe principalmente debajo de la lengua y por la parte interna de las mejillas, así como por los pulmones en la inhalación del mercurio evaporado, por lo que la absorción es rápida. Desde estos tejidos, a través del torrente sanguíneo, el mercurio podrá viajar a cualquier célula del cuerpo, donde podrá dañar o destruir otros tejidos.
El prestigioso toxicólogo muniquense Dr. Max Daunderer describe los siguientes síntomas principales de la intoxicación de mercurio: